viernes, 26 de junio de 2009

Historia del turismo en SAN FERNANDO Y SAN ISIDRO

Historia del turismo en SAN FERNANDO Y SAN ISIDRO
En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX, existieron en San Fernando y San Isidro, casas quintas y residencias con amplios parques, símbolo de grandes familias. Muchas de ellas llegaron a esas tierras alejándose de la ciudad, sintiendo que no había suficientes lugares agradables para pasar sus fines de semana y sus vacaciones.El entorno ofrecía pintorescas barrancas; tranquilas playas bañadas por las aguas del Plata y tupidas quintas frutales.La proximidad de la ciudad de Buenos Aires facilitaba también la afluencia de visitantes esporádicos que llegaban en sus volantas tiradas por caballos, después de tres o cuatro horas de viaje o en el "Ferrocarril Norte", que funcionaba desde 1865.En aquellos años esta zona acaparó la mayor proporción de veraneantes. Sus playas se extendían desde lo que es hoy Vicente López hasta San Fernando. Su prestigio se fue perdiendo con el surgimiento de las playas atlánticas y con el paulatino deterioro de las aguas del Río de la Plata.
Entre las residencias más sobresalientes de San Fernando, muchas de ellas con "días de recibo" determinado, podemos mencionar:
La Casa Quinta de la Paz, ubicada en lo que es hoy la esquina sudeste de las calles Lavalle y Ladero, de la familia propietaria del diario La Prensa.La Residencia La Palmera, de fines de siglo, de estilo colonial español con un agregado más moderno, propiedad de la familia Arias. José Ignacio Arias, hermano del propietario, fue gobernador de la provincia de Buenos Aires (1911). La casa estaba decorada con magníficos murales y escaleras de mármol, y poseía vajilla de porcelana europea. La residencia era escenario de veladas y tertulias con sesiones de lotería de cartones y ajedrez. Hoy la casa es sede del C.O.N.E.T.La Villa Justa, de la familia Pineda Ocampo. En el siglo XIX, era centro de los festejos de la época con la presencia de vecinos y visitantes de otros lugares. Entre sus excelentes piezas de moblaje se destacan aún hoy , algunas que pertenecieron a Dorotea Saenz de Pineda, prima hermana de Juan Manuel de Rosas.El Palacio Belgrano se mantiene hoy después de más de cien años. Presenta la arquitectura de un imponente castillo. Fue propiedad de Don Carlos Belgrano, hermano del prócer. Llegó a pertenecer años después a Don Rómulo Otamendi. Allí funciona actualmente el asilo María Estela Otamendi.El Palacio Sans Souci, es de estilo renacentista francés. Fue inaugurado en 1916, con una fiesta que reunió a casi toda la sociedad porteña. Su resonancia social se prolongó hasta 1921. Luego fue residencia veraniega del entonces Presidente de la República. Actualmente está restaurado y convertido en departamentos.El Palacio Demarchi, Villa Clara. Demolido en 1944. Era un espléndido palacio con techos de pizarra gris oscuro.Su interior contaba con numerosos ambientes con moblaje de la época y telas de pintores de la talla de Prilidiano Pueyrredón.La Casa Quinta de la familia Obligado, una de las más antiguas, pero que no se ha conservado. Era un chalet de dos plantas con patio interno, y clásico aljibe rodeado por tres alas de edificio, con sus galerías mirando hacia el río.La Casa de Rawson Paz, allí también vivió el Gral. Ángel Pacheco. La casa conserva casi la misma fisonomía: piezas corridas, muebles de época, balaustradas de estilo y un original jardín.El Chalet de la familia Madero Molina, de estilo inglés, de dos plantas. Hoy funciona allí un jardín de infantes.La Residencia Montes de Oca, situada en Av. del Libertador 2158. Actualmente es un asilo de ancianos.
Las Casas Quintas de las familias Frías, se ubican en la zona de punta Chica, sobre la Av. del Libertador. Los parques de éstas propiedades eran tan amplios que daban la idea de estar en una estancia.
En San Isidro existió el prestigioso "Hotel San Isidro", mucho antes de que el mismo Patricio Peralta Ramos pensara en el desarrollo turístico de Mar del Plata. Fue fundado en 1868 por los hermanos Vignolles, siendo residencia de muchos huéspedes distinguidos, hasta su demolición en 1934.
También existían casonas de ilustres familias en las que se recibían visitantes ocasionales y amigos que buscaban lugares de esparcimiento y descanso fuera de la ciudad.
Entre las casas más importantes podemos mencionar:La Quinta Santa Rita, que está ubicada en la calle 25 de mayo al 700, de estilo italianizante con dos plantas, terraza y mirador, al que se accede por una escalera caracol de hierro. Está circundada por magnolias centenarias y en su puerta de entrada se conservan dos perros de mármol. Fue residencia veraniega del célebre abogado Manuel Obarrio.
La Quinta de Gramajo Está ubicada sobre la barranca que mira al Río de la Plata, frente a la plazoleta "Los Tres Ombúes". Es una casona de estilo italiano. Perteneció a María Sánchez de Thompson. Más tarde la compró el Sr. Wadislao Gramajo.
La Quinta de Pueyrredón, la casa es una construcción de estilo colonial de fines de siglo XVIII. Las paredes son anchas, como se usaba en aquel entonces. El frente principal da sobre el río y tiene una amplia galería sostenida por columnas dóricas que armonizan con las ventanas coloniales. En la planta alta se encuentran las tres habitaciones que sirvieron de alojamiento y atelier al hijo del prócer, Prilidiano Pueyrredón. En el centro del patio se conserva el aljibe y varias plantas de naranjo. En un extremo de la casa se encuentra una capilla erigida por orden del Papa Clemente XIV. Frente a las barrancas existe un aguaribay plantado por el Dr. Vélez Sárfield y un algarrobo a la sombra del cual San Martín y Pueyrredón planificaron la campaña de los Andes.
La Quinta de Mariquita Sánchez de Thompson Desde los 7 años esta dama porteña estuvo radicada en San Isidro y ocupó durante más de medio siglo su quinta en la barranca. El Paseo de los Ombúes formaba parte de sus dominios.El Paseo del Aguila, situado en la calle Gral. Pueyrredón y su cruce con Juan de Garay. Allí hay una gran quinta con parque que perteneció a la familia Saint y era el lugar donde realizaban su veraneo a principios de siglo.La Casa de Eduardo Costa, ubicada en Güemes y Madero (Martínez). Se la denominó "Casa del Acuerdo" porque se cuenta que allí se reunieron Mitre y Roca previo al acuerdo de 1891.La Residencia del Embajador de Francia, se encuentra en Acassuso, en la calle Monte Grande y Quintana. La mandó a construir la señora Cora Kavanah en 1934, en la última etapa argentina de las grandes residencias de estilo francés. La casa se utilizaba para pasar fines de semana, veranear y para dar albergue a sus amistades. Cuando el general De Gaulle visitó nuestro país, se alojó en esta residencia (1962-63) y autorizó su adquisición por la embajada de Francia.

jueves, 25 de junio de 2009

HUELLAS DE LA ARQUITECTURA COLONIAL DE BUENOS AIRES

HUELLAS DE LA ARQUITECTURA COLONIAL DE BUENOS AIRES
Unas treinta casas históricas sobreviven en el barrio de Flores
Algunas en buenas condiciones y otras en peligro de demolición, aunque fueron incluidas en el área de protección histórica
Allí residieron muchos personajes de la política, las artes y las letras argentinasEl Camino Real del Oeste estaba rodeado de quintas y chacras; las casonas, coronadas con magnolias, y los patios, con olor a glicina. De aquella época quedan huellas atravesadas por un tránsito atestado de colectivos y un ritmo comercial impresionante. En los alrededores de ese Camino Real, hoy convertido en la avenida Rivadavia, unas 30 casas históricas del barrio de Flores se resisten al olvido.Allí vivieron los escritores Roberto Arlt, Baldomero Fernández Moreno, Alfonsina Storni y Oliverio Girondo; el músico Agustín Magaldi, el cantante Hugo del Carril. Y mucho antes, Juan José Paso, el padre de Bartolomé Mitre, la madre de Julio A. Roca, el vicepresidente Marcos Paz y el doctor Pedro Goyena. Además, Flores fue escenario de la promulgación de la Constitución Nacional de 1853 y de la firma del Pacto de San José de Flores en 1859.Una ley de octubre del año pasado declaró a unas 30 casas parte del Area de Protección Histórica (APH). Sin embargo, algunas corren peligro. La más antigua del barrio, perteneciente a Antonio Millán, uno de sus fundadores, ya fue demolida.En un recorrido por el barrio se pueden encontrar leyendas y secretos que formaron la identidad de Flores, como, por ejemplo, los túneles secretos de la ex mansión Las Lilas. Allí, en el pasaje La Porteña entre Rivadavia y Yerbal, donde hoy funciona la escuela Fernando Fader, desde el sótano se accede a pasadizos (no abiertos al público) que recorren varias cuadras bajo tierra y llegarían hasta la Iglesia de San José de Flores. En uno de ellos todavía están en las paredes los grilletes que se usaban para los esclavos.En esa misma casona de estilo Tudor funcionó el Club Flores entre 1917 y 1923. En la casona todavía se conserva un vitral inglés con uniones de plomo, un reloj de época y el patio de carruajes.En Flores también está la escuela más antigua de la ciudad y la única que, además, tiene una galería de arte. Ese museo, que funciona en el salón de actos de la escuela, fue fundado en 1963 por Benito Quinquela Martín, quien donó el primer cuadro: "Hora azul en La Boca".Hoy la escuela-museo "J. J. de Urquiza", en Yerbal 2370, tiene 320 obras —entre pinturas y esculturas— de artistas como Raúl Soldi, José Murcia, Guillermo Roux y el escultor Juan Carlos Vergottini.Otra de las casas históricas del barrio es la Mansión Flores, que ocupa la manzana de Yerbal, Caracas, Gavilán y las vías, y que marcó un estilo en su época. La mayor parte de las 95 familias que viven allí están desde su inauguración en 1924.El lugar, con patios, pérgolas y palmeras, tenía un cine que hoy está transformado en el atelier del pintor Piero Rossi."Cuando mi familia vino a vivir acá en 1924, pagaba 70 pesos de alquiler por el departamento 62. En esa época también vivía en la mansión Roberto Arlt", cuenta Alberto Consiglio, que sigue viviendo allí."Esto era una gloria para los chicos, había fuentes con pescaditos, glicinas...", recuerda Elizabeth Vernieri, que vive ahí desde 1950. Las fuentes desaparecieron pero se conservan las baldosas originales de la fábrica de ladrillos La Nacional.Un mundo aparteHasta 1938 funcionaba un teléfono público, nadie tenía llave de la puerta de entrada porque siempre estaba abierta y los portones laterales sólo se abrían para las ambulancias o los coches fúnebres. Había una campana en la entrada que hacía sonar el cartero cada vez que llegaba."Era como vivir en un mundo aparte. Estaban la nieta de Guido Spano y las tías de Rafael Obligado, que nos regalaban estampitas", cuenta Consiglio.Los ladrillos rojos que se destacan en la esquina de Caracas y Rivadavia son los mismos que se colocaron en 1826 cuando se levantó allí la Escuela de Niñas. Pero en 1893 se construyó otra institución bautizada como "Escuela de Niñas de la señorita Chapot", en Fray Cayetano Rodríguez 95. En 1922 se convirtió en Escuela de Varones y enseguida fue rebautizada "Leandro N. Alem", tal como se la conoce hoy.El pasado se cuela por los adoquines del patio, los pisos de madera, las cerámicas que forman guardas de colores y la fachada de estilo colonial del café La Subasta, en Membrillar 66. Residencia de la familia Piana, en una época funcionó allí una fábrica de pianos.Casas como La Antonia, en el corredor histórico de las vías del ferrocarril, las típicas "chorizo" de Terrada al 200 o la casa Rodríguez de Bacacay al 2700, están deterioradas y en situación de peligro porque no reciben mantenimiento."Algunas de estas construcciones corren el riesgo de convertirse en casas tomadas y otras pueden ser demolidas como ocurrió con la de Millán", dijo Angel Prignano, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Flores.La casa del coleccionista Alejandro Rosa, la de la familia Fernández Ramos y otras construcciones que en alguna época lucieron balcones, torres y balaustradas hoy están en proceso de deterioro."En este mundo globalizado que entierra las singularidades, tenemos que defender la cultura local empezando por la memoria de los barrios, que es donde se formó nuestra identidad", dice Prignano, y da como ejemplo la casa natal de Hugo del Carril, en San Pedrito 258, hoy tapiada. También Enrique Cadícamo y Juan Domingo Perón, con su primera esposa, vivieron en el barrio y frecuentaban los bares de la avenida Rivadavia.El Palacio Miraflores, el Teatro de Flores, el cine Pueyrredón, el Hotel Anglo Argentino fueron algunas de las edificaciones que, como la casa Millán, desaparecieron. Los vecinos están alertas para que no pase lo mismo con el resto del patrimonio histórico del barrio. SANDRA COMMISS. Del Diario Clarin

sábado, 20 de junio de 2009

Arq. Alejandro Bustillo

Arq Alejandro Bustillo
Uno de los arquitectos destacados de la Argentina, que dejó su impronta en varios sitios turísticos del país. Especialmente en la región andino patagónica ha diseñado muchas obras de arquitectura que aún hoy se destacan por su calidad de diseño Nació en Buenos Aires el 18 de mayo 1889. Durante los primeros años del siglo cursa sus estudios secundarios en el Colegio Industrial "Otto Krause". Ingresa en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, aunque su inicio en las artes es a través de la pintura, a la cual se dedica por completo, interrumpiendo la carrera de arquitectura en el cuarto año. En 1912, sin haber realizado ninguna exposición, gana con su autorretrato el Primer Premio del Salón Nacional de Pintura del Museo de Bellas Artes. Ese mismo año reingresa a la Escuela de Arquitectura. Dos años más tarde, en 1914, recibe el título de arquitecto y por decisión propia realiza sus primeras experiencias profesionales trabajando durante cinco años en el campo, en proyectos de cascos de estancias. A esa época 1916 corresponde la primer obra que aparece documentada: se trata de una casa de campo en la Estación Pila, provincia de Buenos Aires. En 1918 proyecta la estancia "La Primavera" para su familia y dos años después regresa a Buenos Aires. Luego de un viaje a París, Bustillo recibe el encargo de su primer trabajo de envergadura, el proyecto para el Banco Tornquist, en 1923. A partir de allí el comienza a proyectar y construir edificios de renta en Buenos Aires, y entre los años 1924 y 1927 en París y Bruselas. Desde 1924 y hasta 1937 desarrolla una fecunda labor como arquitecto, concretando la mayor parte de su vasta obra, compuesta fundamentalmente por edificios comerciales, casas particulares y de renta, a excepción de las tres más importantes que serian realizadas casi en forma simultánea. Es en 1932 que por su iniciativa y la del pintor Jorge Soto; comienza las obras que transformarían el edificio de la ex Casa de Bombas de OSN en la nueva sede del Museo Nacional de Bellas Artes. En 1935 trabaja para la Gobernación de Misiones, proyectando la Residencia del Gobernador, la Plaza San Martín, el Parque Municipal, los edificios de comisarías y el cercado de las Ruinas de San Ignacio. El año 1938 marca el comienzo de la construcción de sus obras más destacadas: participa en el concurso para un nuevo centro turístico en Bariloche, el actual Hotel Llao Llao y resulta ganador. En 1939 inaugura el edificio para el Casino de Mar del Plata, como parte de las obras de urbanización de la Playa Bristol y del Hotel Llao Llao. Este edificio, realizado casi totalmente en madera, fue destruido casi inmediatamente por un incendio. Al año siguiente, Bustillo realiza la reconstrucción "ad honorem" del hotel en hormigón armado y piedra. Comienza también la obra del edificio del Banco de la Nación Argentina, luego de algunos años de estudio se inauguran en 1944. En 1946, finaliza el edificio de Hotel Provincial y el resto de las obras de urbanización de la Playa Bristol de Mar del Plata. Quince años después del comienzo de las obras, en 1955, queda completado el edificio del Banco Nación. A partir de la década del ´50 su trabajo se reduce en forma considerable. Su estudio de la calle Posadas es demolido años más tarde por la apertura de Ia Avenida 9 de Julio. Entre los años '40 y '60, escribió varios libros y artículos sobre arquitectura, estética y filosofía, éstos últimos publicados en el diario "La Nación". La asociación mundial de escritores y editores, el Pen Club Internacional, lo incorporó en 1967 como socio activo, siendo por ese entonces presidente de la entidad Arthur Miller. Sus últimas obras comienzan en 1977: una casa de campo proyectada en el estilo "veneciano" de Plátanos, para María Elisa Mitre de Larretea, en Cardales, provincia de Buenos Aires, y otra vivienda para la familia Cullen en Junín de los Andes. Alejandro Bustillo fallece en Buenos Aires el 3 de noviembre de 1982, a los 93 años de edad, luego de haber realizado más de 250 proyectos. Dentro del área de la Dirección de Parques Nacionales, A. Bustillo realiza una intensa actividad trabajando junto a su hermano Ezequiel Bustillo, presidente del Directorio, como asesor en la sección relacionada a construcciones e incorporando a dos jóvenes arquitectos: Miguel Ángel Cesari y Ernesto de Estrada con quienes luego de múltiples obras realizadas, dejaría plasmado un estilo que por mucho tiempo seria característico de Bariloche y de la zona del Nahuel Huapi. Hotel Llao- Llao. San Carlos de Bariloche. Rio Negro